lunes, 1 de agosto de 2011

Tic Tac

​Pocas cosas tan desagradables como el sonido del reloj. Ese tic tac eterno que marca indefectiblemente que falta un segundo menos para arribar al momento de tu muerte. Pero hay algo aún peor, y que proviene de la misma fuente. El despertador. Uno puede estar viviendo su mas alocada fantasía (digamos, una noche de lujuria con Evangelina Anderson en el Hotel 7 estrellas Burj al Arab de Dubai) cuando suena la maldita alarma para recordarnos que seguir durmiendo no es una opción, que tenemos que trabajar para vivir, que lo que ganamos en un año no cubre una noche en el hotel, sin contar el pasaje de avión o los honorarios de Evangelina, que mejor que salgamos de la cama de una vez porque vamos a llegar tarde y vamos a tener problemas…
​Atontado todavía por la salvaje irrupción de la realidad en el subconciente zafo de la embriagante caricia de mis sábanas y me dirijo al baño a encarar un nuevo día.


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