viernes, 12 de noviembre de 2010

It was twenty years ago (Paul en River)

Por aquellas épocas éramos tres: Julián, el Cuervo (QEPD) y yo. Al principio nos juntábamos en casa del Cuervo a aprender a tocar la guitarra. Julián había empezado con una profesora que a las cuatro clases aún no le había enseñado a afinar. Le expliqué en cinco minutos cómo se hacía (lo único que jamás le pude enseñar sobre el uso de las seis cuerdas) y a partir de ahí nunca más paró. Julián era John, el Cuervo era Paul y yo era George. El cuervo murió dos veces, Julián se convirtió con el tiempo en uno de mis dos mejores amigos. De hecho aún lo es. Pero no fue una amistad continuada. Fuimos y vinimos por distintos caminos durante mucho tiempo. Para diciembre de 1993 hacía algunos meses que no sabía nada de él. Y lo confieso: Yo era fan de John. Hoy veo que admiraba su actitud ante el mundo más que nada, y de hecho me debe haber marcado bastante en mi vida. Paul me gustaba, por supuesto, pero pensaba que como solista se había echado a perder. Claro, son cosas que pensaba cuando aún era un pendejo irreflexivo. Había decidido por todo esto no ir a ver a Paul a River. Pendejo irreflexivo, ya lo dije. El sábado 11 de diciembre leí en Clarín la crítica sobre el show del viernes 10. Y ahí me di cuenta de que era un boludo y que no podía perderme eso. En ese mismo momento me fui al Musimundo (no recuerdo a cual, pero podría haber sido en Alto Palermo) y de ahí sin escalas a River. En esa época se podían conseguir entradas por los canales oficiales el mismo día del show, eran otros tiempos. Caminé por Lidoro Quinteros hasta el Monumental y me puse a hacer la cola, solito como un boludo por no haber previsto las cosas.
Entonces, con más de media cola hecha, lo veo acercarse a Julián con dos pibes más. “Eh, estoy acá, pensé que ya no venían” le grité. Por supuesto que en ningún momento arreglamos nada, pero entre miles de personas que fueron al concierto justo me lo fui a encontrar a él. No pudo haber sido casualidad.
El concierto de 1993 fue impresionante, pero hoy no viene al caso. Lo importante del caso es que por esas vueltas de la vida a Julián dejé de verlo por más de diez años. Simplemente no supe más de él. Hace un año fue él quien me ubicó a través de Facebook. Nos dimos un buen abrazo en esa oportunidad. No fue mucho después cuando me dijo:
-Che, parece que el año que viene vuelve Paul.
-Vamos a tener que estar ahí entonces.i

Reconozco que no lo tomé del todo en serio. Pero este año el mismo día Julián y Lala me dijeron “Viene Paul el 14 de noviembre”. Debo reconocer todo lo que hizo Lala para que Julián y yo pudiéramos estar ahí, pero eso merecería otra nota completa. La cuestión es que Paul no tocó un hipotético 14 de noviembre que aún no llegó. Tocó ayer. Y una vez más estuvimos allí.
Como debía ser.

Julián y yo nos encontramos en Plaza de Mayo a las cinco de la tarde. De ahí tomamos un subte D que por supuesto estaba lleno. A la altura de Juramento en el subte apareció un mago. Sí, surrealista el asunto. Nos bajamos en Congreso de Tucumán y buscamos Monroe para salir a Libertador. En el camino encontramos un bolichito minúsculo atendido por un hincha de Boca donde nos clavamos un hermoso sánguche de milanga y cuatro birras, no fuera que nos banquemos todo el recital con la panza vacía. El dueño del boliche nos habló de todo, fútbol, música y seguridad. Después seguimos rumbo al estadio. Entramos rápido y sin problemas (la organización impecable) y al entrar al campo vi por primera vez el campo de River sembrado de sillas.
Acá quiero hacer un alto. Mi entrada decía “VIP trasero” y realmente me sentí importante. Tenía mi lugar asegurado en una buena ubicación, me movía libremente de mitad de cancha hacia el arco, y lo más importante: ¡baños químicos! ¡Después de cuatro litros de cerveza poder entrar a un baño químico sin hacer cola era estar en la gloria!
Apenas entramos salió al escenario Andrés Ciro. Hizo un muy lindo show acústico, y demostró grandeza y humildad al decir que después de telonear a Paul y a los Stones no tenía más que pedirle a la vida. Se ganó su lugar el pibe.

Y entonces en las dos pantallas de los costados del escenario comenzó a pasar un video para hacernos entrar en clima.
Paul no fue tan puntual como el miércoles. Parece que un flaco le construyó un bajo y se lo estaba dando. Pero finalmente salió.

Y ahí empezó la fiesta.

Se suponía que iba a empezar con Venus and Mars. Un buen tema. Pero no. La bienvenida fue con Mágical Mistery Tour. Y ahí estábamos todos en River, parados arriba de nuestras sillas, dispuestos a disfrutar de esa misteriosa y mágica gira a la que nos invitaba Sir Paul.
Quien por cierto, es un señor de 68 años. Quiero dejar esto claro porque conozco pibes de 20 con mucho peor estado físico del que demostró anoche este anciano. Durante tres horas Paul cantó, bailó, rockeó, habló y manejó el escenario como si hubiera nacido en uno. No me pidan lista de temas, si querían saber qué y en qué orden tocó hubiesen ido. Pero al contemplar la enorme variedad y cantidad de temas y estilos que tocó queda claro que ese hombre de camisa blanca y tiradores arriba del escenario es responsable de buena parte de la música de los últimos 50 años. Hubo de todo: rock (todo el tiempo), blues (el medley Let Me Roll It/Foxy Lady fue un verdadero lujo), pop (Say, Say, Say que supo tocar con Michael Jackson), Beatles, mucho Beatles. Hubo un Blackbird en que un tipo solo con su guitarra
sentado en un escenario a oscuras nos explicó qué era la belleza. Hubo una versión maravillosa de Something dedicada a su amigo George (repito: George era yo). El tan anunciado medley A Day in the Life/Give Peace a Chance que arrancó lágrimas y gritos entre los presentes. Hubo un tema como O-Bla-Di O-Bla-Da que hay quien detesta pero que no se llevó el premio al tema más pegadizo simplemente porque Paul tocó Hey Jude. Hubo la polenta rocker de Live and Let Die, que demuestra una vez más que Axl Rose es un pichi. Hubo Here Today, la canción que a McCartney le gustaría haberle hecho escuchar a Lennon en vida. Hubo momentos para llorar a moco tendido (casi todos, pero Yesterday, Let it Be y The Long and Winding Road eran especiales). Hubo momentos increíblemente románticos como cuando le dedicó My Love a Linda y a todo los enamorados. Hubo la permanente sensación de que no existe otro artista capaz de tocar tres horas un repertorio donde 35 temas de 40 son clásicos universales compuestos por él mismo y encima darse el lujo de dejar muchos más afuera.

Lo de la banda es aparte. El show particular del batero (Abe Laboriel, Jr.) fue un condimento inesperado. Los dos guitarristas(Rusty Anderson y Brian Ray) demostraron tener el talento y los huevos necesarios para ocupar el lugar que tenían que ocupar (vamos, que hay que tocar el solo de Something con Paul McCartney en el bajo). Y el tecladista multifunción Paul "Wix" Wickensen aportó la cuota necesaria de sonido y oficio para completar. Una banda compacta y masculina. No había coristas, no había bailarines, no había escenografía. Cuando hay talento no hace falta cotillón.

Paul habló mucho, y habló mucho en castellano. Se preocupó incluso por aprender modismos, así que nos trató de público “buena onda”. Sobre el final, antes de los bises, mostró una camiseta de la Selección Argentina de fútbol con el Nº 10 y el apellido McCartney en la espalda. Y después sí, el gran final. Una impresionante seguidilla de temas de los Beatles mezcla de emoción y polenta.

El último tema del show se llama The End y originalmente estaba al final de Abbey Road. The End fue el último tema que John, Paul, George y Ringo grabaron juntos. Y también fue el que Paul eligió para despedirse de Buenos Aires.
Pero cuando saludó dijo “Hasta la próxima”.
Ojalá sea cierto y algún día vuelvas, Paul.
Julián y yo vamos a estar allá.


Lista de temas completa. Una guasada, vean.



Magical Mistery Tour
Jet
All My Loving
Letting Go
Drive My Car
Highway
Let Me Roll It/Foxy Lady
The Long and Winding Road
Nineteen Hundred and eighty-five
Let'em In
My Love
I've just seen a face
Bluebird
And I Love Her
Blackbird
Here Today
Dance Tonight
Mrs Vandebilt
Eleanor Rigby
Something
Sign the Changes
Band on the Run
O-Bla-Di O-Bla-Da
Back in the USSR
I've Got a Feeling
Paperback Writer
A Day in the Life/Give Peace a Chance
Let it Be
Live and Let Die
Hey Jude

Bises
Day Tripper
Lady Madonna
Get Back

Bises II
Yesterday
Helter Skelter
Sgt. Pepper Lonely Heart's Club Band (reprise)
The End

No hay comentarios.:

Publicar un comentario