viernes, 22 de marzo de 2002

No Hemos Sido Presentados

Perdón, no hemos sido presentados. Tradicionalmente el anonimato ha servido para realizar todo tipo de intenciones. Anónima es la amenaza, pero también la donación. Anónimo es el admirador secreto que vuelca todo su amor en cartas pero no se da a conocer por pura timidez. Anónima es la llamada que denuncia un crimen, porque el que la realiza quiere estar bien con su conciencia pero no declarar en un estrado. Anónimo es el que aprovecha un chat para decir todas las guarradas que cara a cara no se atrevería. Anónimo es el que pone su grano de arena para formar la voz de la masa, en un estadio o una manifestación. Anónimo es el que llama a medianoche a una radio para hablar de cualquier cosa. Anónimo sos vos, anónimo soy yo, anónimo somos todos los que podemos caminar por la calle sin que nos pidan autógrafos o nos escupan en la cara. Anónimos somos casi todos.
Aquí el anonimato no significa cobardía sino liberación. No hemos sido presentados, esto no significa que no podamos conocernos. A Marlon Brando no le importaba el nombre de María Schneider en El Ultimo Tango en París, pero bien que le daba. Todos tenemos una doble vida, eso lo sabía bien Cerati y lo sabe cada uno de nosotros en su interior. Todos tenemos dentro un poeta frustrado, temeroso del desprecio de los demás. De esta manera el anonimato de cada uno no pasa por una cuestión de esconderse porque se sabe en falta sino de quitarse la inhibición. No hemos sido presentados, y no hace falta. Sólo hacen falta tus ganas de conocer, y mis ganas de compartir esta humilde colección de palabras.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario